1 salida moron 8 de octubre 2011

jueves, 3 de noviembre de 2011

Entrevista -la voz digital a Perico Delgado

«Fue una liberación dejar de depilarme las piernas»Las pájaras le siguen visitando aunque ahora sea comentarista. No le gusta contar batallitas, pero la gente se las pide. Su mejor dopaje: «una copa de vino para cenar»


– ¿Ha dormido alguna vez con el maillot amarillo puesto?
– Nunca. El maillot está muy bien para el ciclismo, pero después es mejor despojarte de envoltorios y ser uno mismo.
– ¿Cuántas juergas se metió tras dejar la competición?
– No he sido nunca muy juerguista. Para mí no era un suplicio dejar de ir a las fiestas. Nunca las eché en falta.
– Pero en las discotecas se entrenan las piernas...
– Las piernas y especialmente los oídos y las gargantas. Con el volumen tan alto me quedo sin voz.
– Por cierto, ¿se sigue depilando las piernas?
– El día que abandoné el ciclismo profesional fue una auténtica liberación dejar de depilarme las las piernas.
– No es por nada, pero parece que los ciclistas necesitan un buen bocadillo...
– Pues sí. Cuando los ves en la bicicleta parecen unos hombretones, pero en el hotel te das cuenta de que son unos tirillas. Y no dan ganas de darles un bocadillo, no, sino una buena hogaza de pan con chorizo.
– Pero usted también era y es un tirillas haciendo honor a su apellido...
– Siempre he sido muy tirillas, por eso corría y se me daba bien. No hay ningún gran ciclista que no esté hecho un tirillas.
– Dicen que los ciclistas no se ponen desodorante para que en las escapadas no les sigan...
– Desodorante antes de las carreras no me doy, pero como sueles estar duchado, hueles bien. Cuando acabas ya hueles a tigre o a puro macho... pero te duchas inmediatamente. En carrera corre mucho el aire.
– Aseguran las malas lenguas que los hombres no pueden hacer dos cosas a la vez, pero usted se ha ido más de una vez de bareta mientras daba pedales.
– Solo podía hacer eso y por eso había que pararse (risas).
– ¿Cuál es su dopaje preferido?
– Un vaso de vino para cenar es fantástico. Y lo hacía también cuando corría.
– Podría dar positivo casi...
– ¡Eso no da positivo afortunadamente!
– ¿Cuánta gente le ha echado en cara que no le dejara dormir la siesta en los años 80?
– Siempre hay algunos, pero los que protestan lo dicen con buen sabor de boca.
– ¿Y no está harto de que le recuerden que llegó tarde a la contrarreloj del Tour?
– Sí, pero como han pasado tantos años, uno ya ha hecho callo en ese aspecto. Es un sambenito con el que tengo que convivir.
– ¿Se siente un abuelo cebolleta?
– Siempre me da un poco vergüenza contar batallitas en las que he sido yo el protagonista, aunque de vez en cuando me salen. Y mucha gente me las pide.
– Ahora, como comentarista, su Tour será más un tour gastronómico, ¿no?
– Como comentarista puedes conocer la gastronomía del lugar y permitirte lujos que los deportistas no pueden.
– ¿Se cobra más dándole al pedal o como comentarista?
– Cobraba mucho más dándole al pedal. Dándole a la lengua ahora me lo paso francamente bien.
– ¿Cuándo va cuesta abajo y sin frenos?
– Cuando es línea recta. No me gusta jugármela, ya me la he jugado muchas veces.
– ¿Ha liado alguna vez una pajarraca?
– No, pero las pájaras sí que me siguen viniendo a ver... Ja, ja.
– No es muy friki que un grupo de música británico llevase su nombre...
– Cuando me enteré me sorprendió. No sé si es friki, pero lo hacían muy bien. Y yo encantado. Cuando se separaron hace un par de años me dio mucha pena.
– ¿Le invitan a las bodas para que sea el rey de la fiesta?
– Algunos me han invitado. Pero no pinto nada en una boda en la que no conozca a nadie solo porque sea Perico Delgado y ellos sean aficionados al ciclismo.
– ¿Es un truhán o un señor?
– Unos días soy un truhán y otros días un señor, creo que la justa medida está en la mitad.

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